6.2.17

Boda Noe&Eze



¿Las casualidades de la vida existen? me cuesta creer en ellas. Soy más partidaria de las causalidades, del sentido, del porque (a veces pienso demasiado, lo se).

Con Noe, la Novia compartimos el mismo colegio en Buenos Aires ambas egresadas de ECEA. Yo la tenía de vista de los recreos y ella también a mi. Gracias a la viralización de las redes y la recomendación de una fotógrafa muy querida, Maria Lafitte pudimos encontrarnos y planificar su preciosa boda.

Era pleno noviembre y 30 grados a la sobra. El lugar soñado es Estancia las Bétulas, pocos lugares con tanta magia como estos conocí en mi vida. Su dueña Tita cuida cada detalle de esta estancia con mucha historia. La primera vez que fui me dijeron: aquí solo se hacen ¡fiestas inolvidables!, y de verdad que me lo creí desde el minuto 0. 

Acá iiio arrancando con los arreglos florales desde tempranito, todos los arreglos los hacemos en equipo y juntos el día del evento desde nuestra impronta y diseño previo.
Así quedó este arreglo de ceremonia.

Noe quería una boda muy relajada, campestre y al atardecer. No quería rosita y blanco, quería colores fuertes por eso el boró, rojo y fucsia, follaje y madera fueron los predominantes.

Miren su vestido, es super delicado.
Hice para su sobrinita esta corona de flores naturales haciendo juego con el ramo de Noe. 




 Para el ramo y bouinniere que me pidió fue con suculentas, peonías, eucaliptus y rosas. ¡¡Jonathan, esta foto es soñadaa, bue y ni habelmos de la novia, bellísima!!!

 

Esa mañana llegamos temprano y cambiamos la ceremonia de lugar. Nos arriesgamos a que esta hermosa fachada se luzca en toda la ceremonia y así fué. 

¿Qué les parece este fondo con el antiguo casco de la estancia, inolvidable no? 

 ¡Hermoso  este cortejo!, en esta foto se luce la coronita de flores naturales
¡Cuanto amor gente lindaaa!
Parte del salón con grandes estancias como livings.
Love, love love
ahí luciendo mi tocado ¡¡super fresco!! 

¡Muchas felicidades Noe&Eze, y a disfrutarse toda la vida!
ph: Jonathan Korell 

Cariños,

Flor.


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© Florencia VazquezMaira Gall